FIESTA DE JESÚS DIVINO MAESTRO

La espiritualidad, en este contexto, puede convertirse en una brújula que guía nuestras decisiones. A través de la oración y la reflexión, puedes encontrar respuestas a las dudas que surgen en la adolescencia. También es un momento para agradecer por las experiencias vividas, tanto las alegrías como los retos, que te han hecho más fuerte y más sabia.
Finalmente, al celebrar a Jesús Divino Maestro, recuerda que cada día es una oportunidad para ser un mejor ser humano. La espiritualidad te invita a ser auténtica, a escuchar tu voz interior y a seguir el camino que resuene con tus valores y aspiraciones. La fiesta se convierte así en un recordatorio de que, aunque el camino a veces sea incierto, siempre hay luz y guía en la fe y en el amor hacia los demás.
La Fiesta de Jesús Divino Maestro es un momento especial que invita a la reflexión y a la conexión espiritual
se recuerda la importancia de la sabiduría y el amor en nuestras vidas. Jesús, como Maestro, nos enseña a valorar el conocimiento, pero también a ser compasivos y a compartir lo que aprendemos con los demás. En esta etapa de la vida, donde se construyen sueños y se definen caminos, es fundamental recordar que el aprendizaje va más allá de las aulas; se encuentra en nuestras interacciones y en la forma en que elegimos vivir.
EXPERIENCIAS
Desde mis primeros días en el colegio, sentí una calidez y un sentido de pertenencia que solo se encuentra en una familia. La comunidad educativa, los maestros y mis compañeros han sido pilares fundamentales en mi crecimiento. Recuerdo momentos de alegría y aprendizaje, así como desafíos que, a pesar de ser difíciles, me ayudaron a fortalecer mi fe y confianza.
La música también ha sido un vehículo poderoso en mi experiencia. Cantar el himno de la Familia Divino Maestro ha sido más que una simple actividad; ha sido un recordatorio constante de los valores que nos unen: amor, respeto, y un compromiso con el servicio a los demás. Cada nota me ha llenado de esperanza y me ha inspirado a vivir de acuerdo con esos principios.
En esta Fiesta, al reflexionar sobre lo que Dios ha puesto en mi corazón, siento un profundo agradecimiento. He aprendido a valorar no solo los momentos de éxito, sino también las lecciones que vienen con las dificultades. La espiritualidad que se respira en el colegio me ha guiado a descubrir mis propios talentos y a utilizarlos para el bien de los demás.
Ser parte de la Familia Divino Maestro es un llamado a vivir con propósito. A través de las vivencias compartidas y los lazos forjados, he encontrado un sentido de comunidad que trasciende el tiempo. Estoy emocionado por lo que vendrá, y con la gracia de Dios, seguiré creciendo y contribuyendo a este legado..